Jorge Cao |
Entrevista de Jorge Cao para
el diario El Espectador.
Me fui poco a poco
adentrando en Colombia y Colombia en mí.
¿Qué
lo une al país?
Uno es de donde se puede
expresar. Me unen la gente y la cultura. Con Pecado santo Colombia me abrió las
puertas de su casa y yo siempre estaré agradecido.
¿Con
qué papel se queda?
En Colombia he hecho 17
novelas en 18 años, y más del 90% han sido novelas de gran éxito. No puedo
dejar de lado a monseñor Greco, de Pecado santo; a Francisco de Paula Acero en
La mujer del presidente y al abuelo Martín Acevedo de Pasión de gavilanes.
¿Será
fácil escapar de la historia de ‘El laberinto’?
No creo, tiene una estructura
dramática sólida, con una propuesta escénica contemporánea y una historia muy
bien contada. Creo que se convertirá en otro hito de la televisión colombiana.
¿En
qué otros laberintos ha caído?
Cuando estoy en la
construcción de personajes he hecho parte de laberintos emocionales en la
búsqueda intensa de mi propio yo. Un actor siempre está en su propio laberinto
en la búsqueda de la perfección.
¿Cómo
valora la calidad de los efectos especiales de esta serie?
Va a ser uno de los
principales atractivos que van a cautivar al público.
¿Por
qué le dijo sí a ‘El laberinto’?
Me gustó escarbar en el
personaje que interpreté hace 15 años. Le temí a eso, pero me atrajo el guión,
me atrajo el reencuentro con los demás compañeros de la historia.
¿Cómo
describiría a su compañero Róbinson Díaz?
Un tozudo amante de su
profesión. Lo admiro y lo quiero.
¿Qué
es lo que más disfruta de los papeles de villano?
Te ayudan a incentivar tu
fantasía creadora, te llevan a sumergirte en su aparataje psicológico.
Arribó a la televisión
colombiana con ‘Pecado santo’, ¿pero cómo lo hizo al país?
Conocí a Jorge Alí Triana
cinco años antes en Cuba, donde yo era profesor de futuros directores de cine.
Él me propuso trabajar en conjunto. Vine por seis meses, que ya son 18 años.
¿Cómo
recuerda los años de actor de teatro musical en Cuba?
El Music Hall de Cuba fue mi
segunda escuela. Bailé, canté, fui mimo, conocí de música y trabajé
intensamente durante años, ampliando mis conocimientos.
¿A
qué le canta?
A la vida.
¿También
compone?
No, eso son palabras
mayores. He hecho dos o tres canciones que nunca nadie oirá más allá que en mi
casa.
¿Qué
música lo acompaña en sus días de descanso?
La música está íntimamente
ligada a mi persona, me acompañan el jazz, el blues y el bolero.
¿Qué
le significa Cuba?
Mis raíces, mi cultura, mis
amores... yo soy Cuba.
Lo que más extraña de la
isla.
El mar, mi hija, mis nietos.
¿Qué
lugar de Cuba le recomendaría a un extranjero?
La cayería de la Costa
Norte. Es uno de los lugares más bellos del Caribe.
Una comida cubana.
Hoy me comería un enchilado
de langosta.
¿Dónde
esperará la muerte?
Moriré en el escenario.
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